Sobre el Solsticio de verano y la noche de San Juan

Los antiguos celtas llamaban Alban Heruin a este festival y su significado primordial era el de celebrar el instante en el que el Sol se hallaba en su máximo esplendor, cuando duraba más tiempo en el cielo y mostraba su máximo poder a los hombres, era el día que alcanzaba su mayor plenitud y, al mismo tiempo, el día en que empezaba a decrecer hacia su casi muerte en el Solsticio de Invierno. Se encendían hogueras para conmemorar ese poder del Sol y para compartir su fuerza con él, para alabarlo y al mismo tiempo para atraer su bendición sobre hombres, animales y campos. Resulta muy característica la asociación de este festival a las corrientes de amor y a pequeños rituales destinados a obtener pareja o a conservarla.
Muchos son los rituales propios de la Noche de San Juan, la víspera del 24 de Junio, pero todos giran en torno al ensalzamiento del fuego. De hecho, este es el festival del fuego por ontonomasia, el rey de los festivales del fuego hasta el extremo de que el culto pagano del fuego y las hogueras, se han conservado más que en otras fiestas, y la costumbre popular ha mantenido su práctica incluso dentro del mismo cristianismo, aunque éste no ha podido dar una explicación religiosa convincente de dicho hábito. Realmente la noche del solsticio es la del 21 de Junio aunque la Iglesia la ha adaptado a la festividad de San Juan.
Las plantas y flores, así como el que los cultivaran exclusivamente mujeres, evocan fácilmente la presencia de una tradición femenina de culto a la madre tierra. Recordemos igualmente que Adonis era el amante yaciente de la Diosa. Igualmente, la presencia del agua nos lleva a uno de los grandes símbolos de las celebraciones de San Juan que parece no tenerse en tanta consideración y que sin embargo, forma una parte esencial de numerosos ritos de esta festividad, el agua, llevándonos nuevamente a la presencia del poder femenino en esta festividad.
Si quieres atraer el amor que te pertenece por legado divino, puedes practicar este pequeño ritual.
Necesitarás: un saquito de tela roja, un cordón de color rosa, canela en polvo, pétalos de rosa, incienso de aroma a jazmin y una vela blanca.
Enciende tu vela invocando la luz divina del padre Sol, que su calor abrace tu corazón, que su luz te guíe en este ritual. Enciende el incienso para limpiar el ambiente.
Toma un poco de canela entre tus manos y repite:
“Fuego sagrado de la noche de San Juan libera mi corazón de energías pasadas, agradezco por las enseñanzas recibidas, me libero y libero”.
Sopla el polvo de canela al viento y siente como te vas liberando de aquella energía estancada que no te permite fluir, libera resentimiento, miedo a abrir tu corazón, trsiteza…etc.
Toma otra puñito de canela, mézclalo con los pétalos de rosa y sin pensar en una persona en particular, sino sólo en el amor que te corresponde por derecho divino, repite: “Que la luz divina del padre abra las puertas de mi corazón para recibir al amor que me corresponde por derecho y legado divino, que el amor renazca en mi para compartir la luz de mi corazón con un ser que vibre en perfecta armonía y en perfecto amor”
Abre el saquito y coloca dentro la canela con los pétalos, ata con el listón rosa haciendo 7 nudos y en cada nudo haz un decreto con las cualidades que deseas que tenga tu amor.
Fidelidad, armonía, prosperidad…etc.
Por último coloca tu vela en el piso y para cerrar el ritual salta por encima de la vela, sellando toda la energía que se ha generado.
Nuevamente colócate frente a la vela y agradece por lo que ya has recibido.
Repite : Gracias, gracias, gracias. Hecho está, hecho está, hecho está.
Lili Moon