La verdadera cara de la hipnosis
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Mediante caricaturas o historias de miedo fue como el mundo nos introdujo a la hipnosis, pero, ¿sabías que estos conceptos erróneos pueden perjudicar tu salud? El recibir información incorrecta sobre procesos psicológicos y médicos puede limitar tu visión sobre opciones terapéuticas para distintos problemas. En el artículo “La verdadera cara de la hipnosis”, Diego E. Ruiz explica algunos de los beneficios de la hipnoterapia y sus diferentes aplicaciones para curar diversas patologías.
La verdadera cara de la hipnosis
La hipnosis fue presentada en la cultura popular como una técnica de manipulación que los villanos de series o caricaturas empleaban para el mal. De una u otra forma, la satanización de esta práctica ha logrado que mucha gente se mantenga al margen de este tema. Al pensar en la hipnosis, lo primero que nos viene a la mente es una persona sosteniendo un reloj de bolsillo frente a nuestros ojos, plasmando un espiral infinito en ellos. Esta mala información nos ha llevado a alejarnos de los beneficios de esta técnica curativa psicológica, e incluso ha provocado que no nos enteremos de sus diversas aplicaciones.
De inicio, existe una gran equivocación sobre la utilización de la hipnoterapia, donde se cree que está empleada exclusivamente para personas que están locas o en el borde de la locura. Este estigma es falso, ya que esta herramienta terapéutica tiene funciones específicas de aplicación médica y psicológica. Su utilización en este último se presenta durante la psicoterapia, donde el especialista se encarga de tratar los distintos padecimientos con esta técnica. La hipnosis en psicología puede ayudar con el tratamiento para la depresión, ansiedad, problemas sexuales, desórdenes alimenticios y el duelo.
La aplicación de la hipnoterapia en la medicina ha demostrado que puede ayudar a quitar dolor crónico, además de curar otras enfermedades como la incontinencia urinaria y el síndrome de colon irritable. No solo eso, sino que también es efectivo para potencializar los procedimientos quirúrgicos que requieran anestesia general; un paciente que ha sido sometido a hipnosis antes de la anestesia, es más susceptible a mantenerse bajo los efectos de sedación y evitar despertarse o presentar respiraciones inesperadas durante el procedimiento.
Al igual que con pacientes que sufren depresión, las personas que se recuperan de cáncer se pueden beneficiar de la hipnosis; aquí se ha demostrado que esta herramienta sube el estado anímico de los pacientes sobrevivientes del cáncer y fortalece así su sistema inmune. Esto nos demuestra lo lejos que puede llegar un bienestar psicológico en nuestro cuerpo. Todo esto suena maravilloso, pero ¿cuál es el fundamento fisiológico detrás de la hipnosis?
La literatura describe la hipnosis como un estado de conciencia alterada, generalmente inducida artificialmente, en el que hay un enfoque de atención y una mayor capacidad de respuesta a sugerencias y órdenes. Esto resulta en que el paciente experimente un estado de relajación de grado variable dependiendo de su susceptibilidad.
Se ha registrado que existe un decremento en los niveles de cortisol en los usuarios de hipnoterapia, resultando en un mayor estado de relajación. Además de esto, los hallazgos sirven para explicar los beneficios terapéuticos en distintas enfermedades y el dolor crónico; al disminuir el cortisol, también conocido como la hormona del estrés, la respuesta al dolor puede ser modulada incluso erradicada. De la mano con un declive en esta hormona, existe también un cambio en los niveles de oxitocina y un reflejo de vasodilatación a nivel cerebral en usuarios de esta técnica.
La relajación vascular es importante a nivel cerebral ya que indica un estado de relajación inducido efectivo. Bajo estas circunstancias, es posible poder sugestionar al paciente con diversos estímulos con el propósito de generar un cambio beneficioso para su fisiología. Uno de estos cambios es el poder acceder a pensamientos “ocultos” o reprimidos. El mecanismo de acceso depende en evadir los procesos cerebrales de la recuperación de la memoria, donde en un estado hipnótico es más fácil identificar los pensamientos que se desean reconocer, reconstruir y finalmente recordar.
A nivel cerebral, existe una modulación entre los lóbulos parietales y frontales; estas áreas están encargadas de reconocer y ejecutar funciones cerebrales simples, como contar. Al regular su actividad, existe la posibilidad de explotar las respuestas a la atención enfocada, memoria de trabajo y respuestas selectivas. Esto es significante ya que al esquivar barreras y estímulos a los cuales estamos expuestos en un estado de consciencia; aquí el hipnotista puede tener un alcance mayor de sugestión cerebral.
En el caso del colon irritable, se ha demostrado que la hipnoterapia es un mecanismo efectivo para el control de la ansiedad; uno de los detonantes más comunes de este síndrome. Al igual que en otros casos, como en la incontinencia urinaria, los mensajes y sugestiones que presente el terapeuta deben de ir enfocados en reducir este y otros síntomas. Una vez realizado el estímulo, el cerebro lo interpreta y mediante distintas hormonas hace que surta efecto en el organismo.
Las terapias individuales no son la única alternativa; ha quedado demostrado que la hipnosis grupal para el tratamiento de depresión funciona de forma adecuada y puede brindarles apoyo a aquellas personas con miedo de asistir a terapia solos. Además de que ayuda al individuo, sentido de comunidad y de pertenecer a un grupo de apoyo, permite a los pacientes individuales a sentirse acogidos y sentir que su carga puede aliviarse.
La próxima ocasión que escuches a alguien decir que necesita algún tipo de ayuda psicológica o apoyo con dolor crónico, puedes hacer mención de la hipnoterapia. Se parte del cambio y ayuda a informar de manera responsable sobre los beneficios de esta técnica tan estigmatizada. Recuerda que la hipnosis debe ser practicada por un profesional; esta es una herramienta terapéutica y no un pasatiempo o forma de entretenimiento. Y si es que tú te puedes beneficiarte de esto, ¡usa este recurso!
-Diego Emilio Ruiz
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