El duelo y sus etapas
Antonio Machado nos dijo hace tiempo que “la muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es, y cuando la muerte es, nosotros no somos”. Lo cierto es que somos criaturas sumamente frágiles que necesitan hacerse a la idea de que algo tan certero como la muerte existe y llegará en cualquier momento. En el programa Reconectando con mis actos de poder, Ita Figueroa y Cristina Raquel no hablan sobre distintas formas de enfrentar los duelos, especialmente en momentos como el que vivimos en la actualidad.
Ita nos dice que es importante no temerle a la palabra muerte, ya que muchas veces es un tabú tratar de dichos temas en familia, pero es un proceso tan natural que deberíamos acostumbrarnos a hablar de él. Los procesos de duelo suelen ser diferentes dependiendo del tipo de partida que hemos experimentado, especialmente si se trata de pacientes que estaban muy enfermos o, por el contrario, de personas que tenían mucha salud y vitalidad. Generalmente, en el caso de los enfermos, nos vamos haciendo a la idea de la partida, por lo que el proceso de duelo inicia antes y se toma de manera más natural; en el segundo caso, los dolientes suelen entrar en un estado de shock, pues la partida es inesperada y la mente no está preparada para los sentimientos que vienen con el duelo.
De acuerdo con Kabler-Ross, existen 5 etapas en el proceso de duelo. Cada persona las experimenta en un tiempo y forma distintas, aquí se las enumeramos:
1. Negación: el doliente está en estado de incredulidad o shock y se ve incapaz de asimilar lo que está viviendo.
2. Enojo: en esta etapa la persona toma conciencia de la pérdida que ha sufrido. Se manifiesta mediante rabia, hostilidad, irritabilidad o resentimiento, que pueden dirigirse hacia el entorno o hacia uno mismo en forma de culpa.
3. Negociación: la persona empieza a establecer metas para recuperarse de su pérdida.
4. Depresión/Tristeza: la persona vuelve a sus sentimientos de desesperanza, es un momento de transición que puede terminar en el lado negativo o, por el contrario, hacernos pasar a la última etapa.
5. Aceptación: el sujeto aprende a vivir con su realidad, ve a futuro y trata de continuar con su vida diaria.
Recordemos que ante la pérdida cada persona es diferente, por lo que la reacción inmediata de cada sujeto puede variar; algunos entran en una etapa de bloqueo que les permite afrontar los trámites inmediatos, mientras que otros deben enfrentar la etapa de negación sumamente rápido y entran en shock, siendo incapaces incluso de apoyar a la familia en los primeros momentos.
Lo mejor que podemos hacer cuando alguien cercano está pasando por un duelo es permitirle hablar y expresar su dolor. Incluso nosotros mismos debemos validar nuestro propio sufrimiento y comprender que vivirlo es mejor que ocultarlo y dejar que ahonde más en nosotros. Ante el momento de culpabilizarnos es vital preguntar “¿en verdad podíamos hacer algo?”, y es que muchas veces nos culpamos por cosas que no estaban en nuestras manos, por asuntos imposibles de detener. Si usted está pasando por un duelo, intente recordar lo bueno, lo vivido, lo que disfrutó junto a esa persona amada, porque al final lo único real es que todos moriremos y la fiesta continuará sin nosotros.
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Texto por: Jazmín Ramos
