El camino lo marca el corazón

Cuando decidimos TOMAR ACCIÓN, existe la posibilidad de que las cosas que visualizamos no cumplan del todo las expectativas; y quizá el no haber considerado algunas situaciones y desconocer el camino que se está recorriendo nos lleve a cometer errores. Me parece que es parte del show, como también es parte de ello, las "OPINIONES" a favor y en contra, de las personas que nos rodean. Quienes desde su posición y la forma de ver su vida, pudieran considerar que todo resultaría mejor si lo hiciéramos de tal o cual manera.
Es cierto que debemos escuchar, y sobre todo a aquellos que han llegado a donde deseamos llegar, pero no hay que olvidar, quién que es cada uno. No olvidar que aunque otros tantos han recorrido el mismos camino, somos “UN OTRO” diferente a ellos, con una historia distinta, con una misión particular y con un corazón que dicta el propio proceder: lo que se está dispuesto a dar e incluso a dejar atrás para seguir en el camino, que definitivamente es distinto a lo que otros dieron y dejaron.
Hay que hacer oídos sordos a las opiniones negativas. Aquellas que señalan lo que hemos hecho mal y las veces que hemos fracasado. Es fácil hablar, pero poner en acción y tratar de conquistar un espacio que, desde la perspectiva personal ,nos hará crecer, no cualquiera lo hace.
Y hay que ser prudentes cuando nos toca opinar sobre las acciones de los otros, sé que cada uno, si estuviera en la postura del accionante, lo haría diferente. Pero si está en nuestras manos, alentemos. No siempre es tarea fácil, lograr los resultados deseados, pero si se cuenta con el apoyo de otros, aunque sea moral, podemos aligerar mucho quizá.
Y esto aplica en todo: en casa, en el trabajo, la sociedad y la política (compleja, que beneficia a algunos y perjudica a otros, pero espero desarrollemos espacios donde podemos hacer que nuestras necesidades sean escuchadas y que éstas no se resuelvan, violentando las de otros. Sí, es complejo, pero quizá algún día sea posible)
AUTOR:
NYDIA LUISILLO MARTÍNEZ
Coach de prosperidad emocional