Lealtades Familiares
En el programa Psicología, espiritualidad y algo más, la Doctora Viridiana Lechuga nos habla sobre las lealtades familiares y cómo son sus efectos al no ser reconocidas en tu vida.
En la familia muchas veces sentimos que damos más de lo que recibimos o viceversa. Las conductas que adoptamos en la familia están arraigadas desde que somos muy pequeños, las interacciones y manera de comportarnos en nuestra vida infantil, las vemos reflejadas actualmente y muchas veces no nos damos cuenta de ciertos patrones que cumplimos.
La lealtad en la familia va muy de la mano con cosas que hacemos y que nos duelen pero no podemos cambiarlo o que no nos damos cuenta que están ahí.
Para entender a qué se refiere este término, pensemos en la física, como lo comentaba el Dr. Rogelio Arteaga, es como una fuerza centrífuga que te jala hacia el centro.
Por ejemplo, si tu vienes de una familia de contadores, desde tu bisabuelo, abuelo, tu papá y tú decides igual ser contador, esa fuerza te jaló inconscientemente porque ya es una tendencia en tu familia y en ocasiones no nos damos cuenta o no lo analizamos.
De este modo podemos inferir que se trata de una fuerza invisible, desde la manera de pensar y sentir que va desde nuestros ancestros. La lealtad en la familia puede ser tanto bueno como malo dependiendo del caso y es por eso que debemos saber identificar cuando se trata de algo que nos puede perjudicar en nuestra vida.
Para verlo de otro modo y aprender a ver lo invisible, Bert Hellinger encontró tres dinámicas que pueden ayudar entender en qué situación te encuentras y si recaes en una lealtad invisible.
La primera trata de un simple Lo hago por ti o Lo hago como tú. Un ejemplo, si tú en tu casa, cuando eras niño, veías que tu mamá no le tomaba importancia a cocinar y siempre comían fuera de casa o pedían comida, tú al tener ese resentimiento repites el mismo patrón sin ningún motivo, ahora de grande con la familia que decidiste formar. Es ahí cuando caemos en esa fuerza invisible porque repites lo que viste en tu pasado imitando lo que hacía tu mamá.
La segunda dinámica tiene que ver con la pérdida de un familiar, él Te sigo a la muerte. Este se entiende a que la muerte de esa persona no te deja avanzar, es tanta la tristeza, que no te deja seguir y que incluso puede plasmarse en el miedo a la muerte.
Y como último punto nos encontramos con la expiación que es cuando quieres resolver la culpa que alguien más en tu familia cometió. Es importante ver que con culpa nos referimos al daño que se ocasionó y que no se hizo responsable en su momento o no tuvo justicia.
Entonces aquí entramos en el tema de querer reparar ese daño que quizás no sea personal, pero sí tenemos esa necesidad. Un ejemplo es que tal vez tu abuelo tenía un negocio donde ganaba a costas de los demás y no era un trabajo honesto. Ahora tú tienes tu propio negocio y trabajas duro pero ese dinero que ganas, no lo inviertes en ti, te da ansiedad el tan solo pensar en ese dinero.
Es importante darnos cuenta de estos tres puntos porque podemos estar cayendo en una lealtad invisible que te empuja a lo malo y no poder avanzar en tu persona. También debemos recordar que la lealtad familiar no siempre se entiende como lo malo, existe una buena lealtad familiar en donde el amor puede ganarle a esos patrones que nos perjudican, aquí el chiste es quitarse esa venda de los ojos y ver en qué situación estamos.
Ahora, ¿ya aprendiste a ver lo invisible?
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Artículo y fotografía por:
Andrea Granja