El ritual funeral, el último adiós
Los rituales forman parte de nuestra vida cotidiana, desde que va a nacer un bebé, organizamos un baby shower preparando la bienvenida con mucha alegría; cuando nace y van a visitarlo se reparten chocolates o puros dependiendo si es niño o niña; el bautismo; la celebración de los cumpleaños con los seres queridos y el pastel con sus velitas pidiendo el deseo; graduaciones; el inicio de una relación amorosa, cuando el novio le pide matrimonio a la novia, cada uno hace su ritual haciendo ese momento muy especial; la boda, y podemos hacer un ritual en cualquier momento especial o significativo de nuestra vida. Para finalizar el momento de la vida, se hace el ritual del funeral.
Desafortunadamente vivimos en una sociedad en que las realidades inherentes a la naturaleza humana como el sufrimiento, la enfermedad y particularmente la muerte son negadas y ocultadas al extremo.
El culto al avance tecnológico de nuestra sociedad occidental ve a la muerte como un fracaso y no como componente de la condición humana.
Por ello se puede entender el miedo o la angustia que produce en muchas personas. Ante la realidad de la muerte el hombre puede huir o negarla. También ante ella puede caminar con Fé, Esperanza y Amor.
El hombre al encontrar sentido al sufrimiento, puede encontrar un para qué de esas pérdidas.
Perder a un ser querido puede ser el dolor más devastador de todos y el ritual del funeral es el último adiós para él. ¿Por qué y para que nos sirve?
Aspectos positivos:
1.- Nos ayuda a reconocer la pérdida, es la oportunidad para dar inicio a la despedida y a aceptarla. Se inicia el proceso de duelo, éste es una travesía, no el destino, es la travesía de la obscuridad a la luz y toma tiempo, aproximadamente 2 años si elaboras un duelo sano.
2.- Nos abrimos al dolor, aunque nuestra cultura nos ha enseñado que las emociones son malas porque llorar, estar triste, reír, enojarse no está bien, ante este dolor tan profundo algunos se permiten contactar con sus emociones y expresarlas, lo que ayudará a liberar dolor.
3.- Revisar nuestro mundo de significados. Con una pérdida traumática, aprendemos que nuestras vidas pueden verse truncadas en cualquier momento. El funeral se convierte en rito de transición, nos pueden poner en contacto con nuestro sentido de vida.
4.- Reinventarnos a nosotros mismos, tarea fundamental del duelo, reconstruir una nueva identidad. Después de la pérdida no somos los mismos, a veces cambia nuestro rol y, además, este suceso nos hace ver la vida de diferente manera.
5.- Ceremonias - sacramentos personales, el funeral raramente satisface las necesidades individuales de los supervivientes, si les ayuda, sin embargo las familias pueden diseñar su propia manera de conservar sus recuerdos y honrar a su ser querido haciendo oración por él, haciendo donaciones en honor a él. Las pérdidas pueden conmemorarse de manera menos tradicionales haciendo un emblema familiar, un diario, un árbol genealógico, un acróstico, aunque estas actividades no sean al momento de su muerte. De maneras muy creativas podemos preparar rituales que nos hagan entrar en contacto con lo que hemos perdido y con las personas con las que compartimos la pérdida y as nos damos la oportunidad para enriquecer nuestra existencia.
Como pueden ver, el ritual del funeral es muy importante para despedir nuestro ser querido y para los que todavía seguimos aquí.
Cuando muere alguien y el cuerpo no fue encontrado el proceso de duelo se hace más complicado porque no se llega a la aceptación hasta que ya pasó tiempo y se pierde la esperanza, entonces, se hace un ritual para poder iniciar esa despedida.
Son momentos muy difíciles que nos muestran que disfrutemos cada día, abracemos a nuestros seres queridos, digámosle cuánto los amamos, cumple tus sueños y anhelos, no esperes a que sea muy tarde. A celebrar la vida que es maravillosa.
Muchas gracias queridos lectores, hasta pronto.
Yvonne Bulnes
Tanatóloga
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